miércoles, 5 de noviembre de 2014

COMPATIBILIDAD VIAJERA


“Prefiero que me incineren a que me sepulten, y ambas cosas a un viaje con mi mujer", dice el actor y director de cine Woody Allen en una de sus películas. Es cierto que el  roce crea cariño, pero también gasta. Y pocas cosas ponen tanto a prueba la solidez de una relación como un viaje.  Tu amigo o amiga del alma pueden convertirse en ese ser odioso y cansino al que a veces te gustaría lanzar de cabeza por el cañón del Colca o las cataratas de Iguazú".


En los viajes toca compartir a pachas risas y maravillas, pero también habitación, ducha, decisiones, váter, transporte, comida, gastos, ronquidos, gustos y manías a tiempo completo. Es decir, que hay que estar a las duras y a las maduras. Y la cosa se complica en los viajes en pareja: tras las vacaciones de verano se disparan las demandas de divorcio, según la Asociación de Abogados de Familia. 

"Cuanto menos parecidas sean las personas, más posibilidades tienen de hacer buenas migas durante un viaje, y que éste resulte, además, divertido", explica el  psicólogo Alexandre García-Mas, autor del  La mente del viajero (Thomson-Paraninfo, 2005 ) . "Que los viajeros sean diferentes y complementarios resulta especialmente importante cuando durante un viaje se permanece anclado en un solo lugar, como por ejemplo, durante los cruceros o en los resorts de playa con todo incluido".



Para no acabar partiendo peras, o a tiros, como Humphrey Bogart y Tim Holt en El tesoro de Sierra Madre (1948), de John Huston, las negociaciones deben comenzar durante los preparativos: un tira y afloja sobre el destino, el presupuesto, tipo de alojamiento, las actividades... Sentarse a conversar con un pequeño guión de temas puede prevenir muchos problemas. Aquí tenéis un pequeño test de compatibilidad viajera.


1 /  Expectativas y motivos 
¿Buscamos aventura, relax, marcha, romance...?

2 /  Dinero 
¿De qué presupuesto hablamos? ¿Qué gastos se pagarán con un fondo común y cuáles se consideran extras? (sí, esas cervecitas…)

3 /  Hábitos 
Fumar, beber, roncar, cantar en la ducha... ¿Hábitos tolerables o torturas?

4 /  Alojamiento preferido 
¿Hoteles de cinco estrellas, bed and breakfast, campings, albergues, couchsurfing... o lo que surja?

5 / Quejas 
Las justas, y justificadas. Pocas cosas queman tanto como oír refunfuñar constantemente por todo.

6 /  Puntualidad 
Un tema a debatir con antelación. Puede resultar frustrante viajar con alguien que llega siempre tarde.

7 / Flexibilidad 
Saber cuándo hay que ceder forma parte de la sabiduría viajera.

8 / Horarios 
Puede ser útil establecer unos horarios para usar el baño, las horas de sueño.

9 / Comidas
¿Especialidades locales, menú continental, McDonald's o bocadillo?

10 / ¿Quién manda aquí? 
Nadie. Las tomas de decisiones, siempre en conjunto.

Resumiendo:  el objetivo principal de un viaje es divertirse, no reafirmarse, y la regla de oro,  evitar el enfrentamiento directo. Para que todo marche bien,  hay que repartir roles y responsabilidades, desde administrar el fondo común hasta buscar un lugar para salir de marcha.

Pásalo.

BYE!

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